Es importante bendecir todos los artículos que entran a nuestro hogar o lugar de trabajo, ya sean nuevos o usados, sean alimento, ropa o artículos decorativos o para uso habitual o temporal.
Esto debe hacerse siempre por medio de la petición a Dios, nuestro padre celestial, para que derrame sus bendiciones, a través de nosotros, sobre los ingredientes esenciales que usamos en la preparación de la comida: La sal, el agua y el aceite.
Los objetos pueden ser depurados. Basta bendecirlos con la señal de la cruz, pidiéndole a Dios que con su celestial emanación los libre de cualquier clase de contaminante que pudieran tener.
Enseguida se deberá pedirle también que los llene de bendiciones especiales (por ejemplo: pedirle que sea un objeto que emane paz, salud, felicidad, etc.), mientras se hace de nuevo la señal de la cruz.
Finalmente se sella la bendición con otra señal de la cruz mientras se agradece a Dios.
Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: “La paz sea en esta casa”. Si en ella vive un hombre de paz, recibirá la paz que ustedes le traen; de lo contrario, la bendición volverá a ustedes. Lucas 10:5
Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca… Efesios 6:18
Las bendiciones celestiales producen efectos reales, materiales y tangibles en el mundo físico. Cuando comenzamos a comprender la importancia de purificar y pedir emanaciones celestiales para cubrir todo lo que nos rodea, y también, evidentemente para nuestra propia persona, los resultados son sorprendentes y empezamos a disfrutar de los beneficios de los que quizá antes carecíamos.